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El mundo se enfrenta hoy a uno de los desafíos más importantes
de su historia. Un fenómeno que puede determinar una nueva
forma de vivir y desarrollar las acciones humanas en el futuro inmediato.
El cambio climático representa un factor que desde ya se
encuentra afectando directamente a millones de personas, todas
las especies y ecosistemas y a la sociedad entera en general.
Basados en evidencias científicas el fenómeno climático es resultado
de un modelo de desarrollo con visión de corto plazo e insostenible;
sustentado en la degradación, contaminación y extracción
indiscriminada de los recursos naturales a nivel mundial; en una
creciente dependencia de combustibles fósiles y una dinámica de
crecimiento económico basada en la utilización de compuestos
generadores de gases de efecto invernadero en función de bienes
y servicios suntuarios. Produciéndose con esta dinámica el denominado
calentamiento global y evidenciando una cada vez más
frecuente variabilidad climática y cambio climático con impactos
severos en pérdidas humanas, materiales, sociales, económicas y
ambientales en todo el mundo.
Este modelo de desarrollo excluyente y depredador generado y liderado
por los países del norte se expresa a través de las variaciones
en el clima, como el principal problema para el futuro común
de la humanidad. Los países llamados desarrollados tienen la
gran responsabilidad histórica del fenómeno climático y por ende
de la consecuente agudización de la situación de vulnerabilidad
de las generaciones actuales y futuras; poniendo en riesgo su
derecho al disfrute de condiciones y bienestar iguales o mejores a
las nuestras.
Un modelo donde se socializan los costos de la degradación del
ambiente y la afectación climática y donde se privatizan los beneficios
en función de las economías y sociedades más ricas muestra
desde la perspectiva socio-ambiental sus propios límites. La situación
climática y sus impactos globales diferenciados desvela la
naturaleza del modelo de crecimiento económico, desnudando la
vulnerabilidad y pobreza que ha sido históricamente generada por el mismo modelo, acrecentándola pobreza
y marginación y las diferencias entre y al
interior de los países y regiones.
El cambio climático representa un factor
multiplicador y magnificador de los problemas
sociales económicos y ambientales
latentes de nuestros países centroamericanos.
Los eventos naturales magnificados
por el cambio climático multiplican los
efectos negativos de estos sobre los bienes
y activos de las personas, de las comunidades
y de las sociedades en su conjunto,
afectando la vida, la salud, la producción,
la infraestructura y la calidad de vida de
todos y acrecentando la relación entre
vulnerabilidad y pobreza tan presente en la
realidad de los países centroamericana.
En ese sentido, un determinante fundamental
del futuro de nuestras sociedades
esta ligado al clima y su variabilidad. El
cambio climático condiciona y reduce
el crecimiento económico y el progreso
social. Multiplica y magnifica la vulnerabilidad
territorial y aumenta la degradación
ambiental, convirtiéndose en un problema
de seguridad nacional, un problema de
seguridad humana.
Los países del SICA tanto por su ubicación
geográfica y natural, como por su alto
índice de pobreza y déficit social son por
hoy una de las regiones más vulnerables y
amenazadas ante el cambio climático. La
región ya es objeto de nuevos regímenes
de intensas lluvias y tormentas, grandes sequías y nuevos fenómenos extremos desconocidos
que están golpeando los recursos
públicos, la base social y económica
de los países y atentando contra la misma
gobernabilidad democrática regional.
Es un reto de primera magnitud para los
países del SICA evidenciar el nivel de los
daños que ya sufre la región y al mismo
tiempo, mostrar la voluntad política, las
acciones, el uso de los recursos propios
y esfuerzos que cada país se encuentra
haciendo para atenuar y mitigar los impactos
de los desastres asociados al clima;
pero también como en paralelo se trabaja
en redefinir su agenda de desarrollo con
enfoque de adaptación a la luz de la variabilidad
climática.
La presente Estrategia Regional de Cambio
Climático (ERCC); es precisamente la
muestra de una voluntad política y mirada
compartida como región frente al desafío
que supone el cambio del clima y su impacto
sobre la población, medios de vida,
ecosistemas y producción de la región. La
ERCC expresa con claridad la orientación
para la acción que han tomado los gobiernos
de los países del SICA.
La ERCC refleja el compromiso actual
y futuro de los países que conforman el
Sistema de Integración de Centroamerica
(SICA) por actuar y salvaguardar el patrimonio
regional, su alta biodiversidad,
multiculturalidad y diversidad frente a la
amenaza creciente del cambio climático y como aprovechar la oportunidad para revertir los déficit sociales
acumulados y mejorar la calidad de vida de su población.
La región confirma con la ERCC un proceso de construcción
colectiva y armonización de políticas de este nuevo instrumento
regional, pero además; ratifica la necesidad de contar con la
cooperación y colaboración mundial en concepto de compensación
ambiental que sume los recursos financieros crecientes y
adicionales a la ayuda oficial al desarrollo que los países del SICA
requieren para impulsar las medidas de adaptación y mejorar la
resilencia de la sociedad reduciendo la alta vulnerabilidad presente
especialmente entre la población en situación de extrema
pobreza.
En ese sentido, la región a la par que asume sus retos y compromisos
frente a la adaptación ante el cambio climático, reitera la
necesidad que los países desarrollados avancen en la reducción
ambiciosa de las emisiones de gases de efecto invernadero y el
logro de un acuerdo internacional legalmente vinculante de reducción
de los de gases de efecto. Reducción de emisiones al menos
en un 45% para el año 2020 y un 95% para el año 2050. Estabilizar
emisiones en 350ppm de CO2. Un incremento máximo de temperatura
de 1.5º C.
Finalmente, la Comisión Centroamericana de Ambiente y Desarrollo
(CCAD); conformada por el Consejo de Ministros de Ambiente
de Centroamerica esperamos que la ERCC sea convierta en un
instrumento útil y valioso mecanismo para ordenar y armonizar
la asistencia regional complementaria a los esfuerzos e iniciativas
nacionales de los países del SICA ante el cambio climático.
Estimamos que la ERCC se constituya en una herramienta que
consolide los esfuerzos para una integración regional ambientalmente
sostenible en base a un modelo de desarrollo regional que
se comprometa con su riqueza natural y cultural de sus habitantes
garantizando su seguridad humana y de sus bienes materiales
ante el cambio del clima mundial. |
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