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El bosque seco es el Irás amenazado de los tipos de hábitat que una vez se
extendieron profusamente por Mesoamérica; hoy solamente un 0,08 por ciento de
los primitivos 550.000 Km2 se encuentra bajo protección. Este documento describe
y analiza un proyecto de $10.000.000 que se desarrollará en la región
norte de Costa Rica, el cual hará posible que las plantas y animales del bosque
seco, que se han conservado en el Parque Nacional Santa Rosa y en las lade
ras de los volcanes cercanos, vuelvan a propagarse en las tierras adyacentes,
que son de baja calidad para la agricultura.
Simultáneamente, este proyecto para la restauración de la ecología tropical
tendrá un centro de manejo proyectado para integrar a la realidad local y
nacional el propio Parque Nacional Guanacaste, que vendrá a oonstituir un
nuevo recurso cultural de primordial importancia en un área rica en el aspecto
agrícola pero empobrecida culturalmente. El parque, con 600 Km2., será lo
suficientemente grande para mantener poblaciones saludables de todcs los anima
les y plantas, además de la variedad de hábitats que originalmente ocupaban ese
lugar. La tecnología biológica para restaurar un bosque tropical seco,rico en
especies y en hábitats, consiste principalmente en el control de las quemas,
por parte de los administradores; control de los pastos por medio del ganado,
y dispersión de semillas de árboles por la acción de animales silvestres y domésticos
(y, según lo demanden las circunstancias, programas de reforestación
intensiva con árboles nativos de la región); este aspecto biológico es relativamente
bien comprendido. La tecnología sociológica para integrar el Parque
a la vida social costarricense oonsiste en la educación correcta e inmediata,
tanto de estudiantes como de maestros de todas las edades y niveles de esta so
ciedad, y en la investigación sobre la biología del Parque, a fin de obtener
Irás información con la cual se sustentará ese proceso educativo. casi todas
las tierras que formarán el Parque Nacional Guanacaste pertenecen a gente
que está deseosa de venderlas a un precio atractivo; para este propósito se n::.
cesitan $7.000.000 (siete millones de dólares estadounidenses: $200 por hec~
rea, $87 por acre). Si se quiere que un parque sobreviva a perpetuidad y asimismo
pueda desplegar su potencial cultural, debe necesariamente contar con
una sustancial dotación para su manejo: se requieren $3.000.000 para tal fin
(un presupuesto de trabajo de $300.000 por año). El proyecto completo debe e~
tar ya en operación en 1990 y se necesita urgentemente $1.000.000 para salvar
los hábitats que se encuentran en peligro de destrucción inmediata. |
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