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La conservación voluntaria de la naturaleza
por la sociedad civil es un campo que está
creciendo en toda Iberoamérica. Dicho auge
se puede palpar fácilmente de diferentes
maneras. El más evidente es el hecho de que
en la última década se ha visto un significativo
incremento en la cantidad de hectáreas de
tierras privadas y comunitarias que están
siendo conservadas voluntariamente por sus
dueños, los cuales inclusive han venido
organizándose en redes de propietarios
privados en todos los países de América
Latina y España. Además, es fácil observar la
creciente cantidad de gobiernos y
organizaciones no gubernamentales que están
desarrollando programas que promueven y
apoyan la conservación voluntaria de los
recursos naturales por propietarios privados y
comunitarios. Finalmente, el interés en esta
área se hace notar en la variedad de
eventos/congresos/talleres/publicaciones de
este tema y en la forma en la cual se han
venido aprobando nuevas políticas, leyes e
incentivos que promueven la conservación
voluntaria.
No obstante lo anterior, este es un campo que
apenas está en su adolescencia. Aún existen
muchos retos que deben ser superados. Tanto
en el campo legal y político, como en el área
científica, técnica, y de trabajo de campo, por
mencionar algunos. Por otra parte, cada día se
están dando resultados que están brindando
lecciones muy importantes para compartir,
mejorar y expander estos esfuerzos.
Precisamente por este motivo, es que dentro
del marco del convenio existente entre la
Fundación Biodiversidad y The Nature
Conservancy decidimos llevar adelante esta
publicación. En ella invitamos a un grupo
seleccionado de colegas a comunicar algunas
experiencias en el trabajo que han venido
realizando recientemente en sus países. Es así,
como hemos incluido artículos que muestran
esfuerzos de conservación privada o
voluntaria en países tan diversos como
Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica,
España, Nicaragua y Perú. Por la gama de
países y temas tratados, consideramos que los
artículos serán muy interesantes para el lector
y le invitamos a compartir sus propias
experiencias.
Para concluir, deseamos enfatizar que en este
siglo XXI se puede decir que en gran medida
el éxito o fracaso de los esfuerzos de
conservación y desarrollo sostenible de los
recursos naturales en nuestros países,
dependerá de las decisiones que los dueños de
tierras privadas o comunitarias tomen sobre
el uso de los recursos en ellas. Si
desarrollamos programas exitosos y atractivos
que promuevan la conservación y el desarrollo
sostenible voluntario de dichos recursos por
parte de sus dueños, tendremos paisajes
productivos de bienes y servicios, que
beneficiarán a sus propietarios, a la sociedad y
promoverán el desarrollo de nuestros países.
Si por el contrario, no apoyamos este tipo de
esfuerzos, será muy difícil lograr las metas de
bienestar social, ambiental y económico que
buscamos. Con base en lo anterior, esperamos
que la presente publicación sea una humilde
contribución para incrementar la
conservación voluntaria en tierras privadas y
comunales en los siguientes años en
Iberoamérica. |
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